domingo, 6 de marzo de 2016

DEBERES..., HOY NO TOCAN

               Les juro que ni me hace gracia ni me gusta. Cuando, hace diez o doce años, oí la expresión en boca de Aznar, que creo fue el primero en utilizarla, ya me produjo dentera. Me refiero a eso de “hoy no toca”, que dice el político de turno si no quiere responder a preguntas de periodistas en ruedas de prensa o similares. El antecesor de Rajoy en el PP no era especialmente remiso a contestar en tales situaciones, al menos no tanto como otros lo han sido después. No recuerdo bien cuál era el asunto que calló; puede que fuese una cuestión no demasiado relevante, como una fecha (¿de un congreso?, ¿de unas elecciones?), un nombre (¿para tal o cual ministerio?) o algo parecido. Se puso, así, en circulación el tropo procedente del lenguaje escolar y, desde entonces, se ha repetido hasta la saciedad. Lo oí mil veces cuando Rubalcaba era portavoz del gobierno, pero podría citar a otros de diferentes partidos, si bien no con la frecuencia de D. Alfredo.
              Otra frase de similar naturaleza lingüística y cargada de la misma capacidad para irritar a quien esto escribe, es “hacer los deberes”. No alcanzo a situar su nacimiento en un momento preciso ni en una boca pública determinada. Sí puedo decir que se viene nombrando con esa expresión, también sacada del ámbito de las aulas, lo que hemos tenido o tendremos que hacer para alcanzar ciertas metas europeas. 
http://www.blogdealtaneira.com.br/2012/10/locais-de-votacao-comecam-ser.html
               Supongo que ambas figuras les suenan a ustedes. No sé si estragan su estimativa lingüística como dañan la mía. ¿Por qué me molestan tanto? ¿Tendrá algo que ver la causa con mi pertenencia al mundo de la educación, durante tantos años, como profesor de Secundaria? ¿Será que advierto una intromisión imperdonable, ahora que tan poco perdón concita la clase política, acusada de enturbiar todo lo que toca? Creo que no. Más bien se trata de que, para mí, el ejercicio de la autoridad profesoral a que ambos enunciados apelan directamente, se torna autoritarismo cuando los dice un ciudadano a los demás ciudadanos dentro del contexto político, aunque sea con sentido figurado.
               Me explico. El maestro o profesor puede y debe marcar lo que en cada momento “toca” realizar a los alumnos, ejerciendo la autoridad que su preparación y su responsabilidad como formador requieren de él. Igual ocurre cuando les señala “deberes” a los niños. Estos tienen que atenerse a lo que “toca” y efectuar los ejercicios o tareas indicadas. Pero en la vida social adulta, en el ámbito de las relaciones políticas, nadie está investido con una autoridad semejante, puesto que el pueblo tiene derecho a estar informado, a través de los medios de comunicación, siempre, y no cuando un ministro o director o alcalde decide que “toca”. En cuanto a los “deberes”, sabemos que la ley impone obligaciones, prohíbe, dicta, otorga, permite…, pero en un sentido muy distinto y, sobre todo, mediante un procedimiento absolutamente diferente del que sigue el maestro: el procedimiento democrático, que se desarrolla en los órganos e instituciones correspondientes.
               Sé que, en ocasiones, se adoban con una pizca de ironía las frases susodichas. Y, desde luego, que mantienen (aún) su naturaleza metafórica, y no presentan (aún) un sentido recto, literal. ¡Hasta ahí podíamos llegar! Sin embargo, confieso que me molestan por lo que he explicado. Espero no parecer, por ello, demasiado suspicaz.