domingo, 14 de junio de 2015

... DETRÁS DE LA PUERTA (y III)


Durante las horas de tiempo libre, los reclutas se imponían dos deberes: uno, comer para matar el hambre que sentían después del almuerzo y la cena, con platos que raramente se podían ni siquiera probar (parecía que, muy de acuerdo con los objetivos de la formación militar, o sea, para la guerra, allí se cocinaba no para los soldados, sino contra los soldados); y el otro, beber. No agua ni ningún otro inocente líquido. En absoluto. Pedían en la “cantina” (así llamaban al bar de la tropa) unas botellas de cocacola, se bebían el 90% del negro contenido y, a continuación, pedían que rellenaran los cascos con ginebra, lógicamente de garrafón. Así, al cuarto de hora de tal operación, ya estaban curdas, con un cebollón que llevaría su espíritu en volandas hasta la hora de la supuesta cena. Durante ese tiempo, el cerebro de Eduardo seguía rotando en torno a su eje, pero no ya por el apremio impuesto a sus acciones, contrario, como se ha dicho, a su naturaleza y a la más mínima sensatez, sino por el efecto del alcohol, que se intensificaba con el continuo y compulsivo fumar, no siempre cigarrillos. El caso es que no se puede decir que el recluta estuviera más fuera de sí, más enajenado, por la mañana y principio de la tarde, cuando lo traía y lo llevaba la corneta y la garganta del sargento o el cabo, que por la tarde, cuando las risas y las payasadas (algunos días, mezcladas con discusiones y peleas), producto de la vulgar ginebra, eran distracciones totalmente postizas.

Transcurrieron los tres meses de campamento. Poco después de cumplirse el primer mes, la ansiedad y la tribulación que aquel singular internado le producía a Eduardo, empezaron a mermar y a convertirse casi en sosegada resignación, cuando advirtió que la formación como soldado pivotaba sobre un núcleo conceptual, plásticamente expresado por un veterano que hacía de barbero y un día lo rapó: “Muchacho, cuando se entra aquí, hay que colgar los cojones detrás de la puerta. Al salir los recogerás.”

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(Las imágenes proceden de las siguientes webs: 

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